SimZones: transformando la educación médica a través de la simulación

SimZones: transformando la educación médica a través de la simulación

Jacinto Salas Cortés

CEO de BIOTECH MEDICAL SIMULATION S.L.

Sara Carmona Gallardo

Graduada en Biotecnología por la Universidad de Extremadura, BIOTECH MEDICAL SIMULATION S.L., info@biotme.com.

Introducción

En el ámbito de la educación médica, la formación y entrenamiento continuos son herramientas esenciales para garantizar que los profesionales de la salud adquieran las habilidades y destrezas necesarias para enfrentar desafíos clínicos y proporcionar atención de alta calidad a los pacientes. Para contribuir a la seguridad del paciente, la simulación clínica ha ido ganando terreno a lo largo de la última década, aumentando enormemente el volumen de programas de aprendizaje basados en simulación. La capacidad de recrear distintos escenarios clínicos permite a los estudiantes y profesionales practicar y perfeccionar sus habilidades en un entorno seguro y controlado.

Sin embargo, a medida que los programas de simulación se expanden, surge la necesidad de una estructura organizativa más eficiente, y es en este contexto donde surge el concepto de SimZones o zonas de simulación clínica.

 

¿Qué son las SimZones?

El término surgió en 2017 de la mano de Roussin y Weinstock a partir de la práctica en el Programa de Simulación del Hospital Infantil de Boston. Este concepto hace referencia a una innovación organizacional cuyo objetivo es mejorar la estructura y funcionalidad de los programas y centros de simulación médica.

Estos autores proponen una serie de zonas específicas o SimZones en los centros de simulación en base a su complejidad y propósito, partiendo de la idea de que, al segmentar las actividades de simulación en diferentes zonas, se favorece una mayor especialización y eficiencia en la formación y evaluación en distintas áreas médicas. Hoy en día, son numerosos los hospitales que utilizan este enfoque para organizar sus programas de simulación, independientemente de su tamaño.

En estos espacios se pueden replicar con gran fidelidad entornos de atención médica, como quirófanos o unidades de cuidados intensivos, proporcionando un entorno realista en el que los profesionales de la salud y estudiantes puedan realizar procedimientos médicos, tomar decisiones críticas y trabajar en equipo sin poner en riesgo a los pacientes reales. Las diferentes áreas cuentan con equipos que simulan una amplia gama de condiciones fisiológicas, funciones y respuestas a intervenciones médicas o medicamentos, creciendo en complejidad. Además, cuentan con sistemas de retroalimentación que permiten que los alumnos y docentes puedan obtener feedback e identificar áreas de mejora, reforzando así el aprendizaje. Todo ello contribuye a la optimización del tiempo y el espacio. Estas zonas de simulación clínica no son estáticas, sino que pueden ser adaptadas o reconfiguradas en función de las necesidades del programa educativo y demandas de estudiantes y profesionales encargados de la formación clínica.

 

Conociendo las SimZones: ¿cuántas hay?

El modelo SimZones define varias zonas numeradas del 0 al 4, cada una con sus objetivos y características particulares: 

– Zona 0: retroalimentación automática. Las simulaciones incluyen ejercicios de autoevaluación que fomentan el aprendizaje individual. Es esta zona no es necesario que un instructor esté presente, ya que la tecnología de realidad virtual puede proporcionar una retroalimentación automática. Esto facilita la preparación y organización de equipos y materiales, y ayuda a los instructores a ganar tiempo. En esta zona se pretende que los estudiantes aprendan a realizar una técnica según la práctica estándar. 

– Zona 1: instrucción básica. Las simulaciones incluyen la instrucción práctica en habilidades clínicas básicas como la RCP o colocación de vías intravenosas, y para ello se pueden utilizar modelos físicos y equipos de simulación simples conocidos como task trainers. Esto permite a los aprendices familiarizarse con el equipo y técnicas de simulación, y suele haber un instructor que explica qué hacer y cuándo o cómo hacerlo, proporcionando retroalimentación inmediata al supervisar y evaluar el desempeño del estudiante a tiempo real. Esta experiencia de aprendizaje inmersiva y realista ayuda a los estudiantes a ganar confianza en sus habilidades y familiarizarse con las técnicas y equipos de simulación. Sin embargo, está limitada a destrezas básicas y no permite recrear escenarios clínicos complejos. 

Figura 1: Task trainer para la práctica de RCP

– Zona 2: instrucción situacional aguda. Las simulaciones recrean situaciones más complejas o específicas contextualizando las habilidades clínicas, a menudo con juegos de roles que recrean una situación clínica concreta. Típicamente, tienen lugar en salas de pacientes reales o ambientes similares. Se utilizan equipos de alta tecnología y maniquíes de simulación más avanzados, por ejemplo, simuladores de cuerpo entero con pulso y respiración. Esta zona es útil para desarrollar la toma de decisiones y destrezas más avanzadas en un entorno realista y seguro. El instructor puede supervisar y evaluar el desempeño del estudiante a tiempo real proporcionando retroalimentación inmediata, al igual que en la zona anterior. 

 – Zona 3: desarrollo de equipos y sistemas. Las simulaciones involucran equipos nativos y auténticos de participantes, sin interpretación de roles. Se trabajan problemas o acciones específicos del lugar de trabajo para capacitar a los estudiantes en la gestión de posibles crisis y que aprendan tanto a comunicarse como a coordinarse adecuadamente en distintas situaciones clínicas. Las simulaciones de esta zona involucran varias etapas y escenarios, y la retroalimentación está guiada por un facilitador que intenta ayudar a analizar o comprender los valores que guiaron el comportamiento del equipo. 

– Zona 4: desarrollo y análisis de la vida real. Esta zona supone un puente entre la simulación y realidad, pues se lleva a cabo una retroalimentación y desarrollo asociados con la atención real al paciente. Es similar a la zona anterior, pero con situaciones auténticas en lugar de simulaciones, y, de nuevo, el facilitador dirige y guía la reflexión. 

 

Conclusiones 

Al establecer zonas especializadas como las SimZones, se promueve una formación más eficiente y personalizada, proporcionando un aprendizaje activo y práctico en el que los estudiantes mejoren sus habilidades clínicas, competencias de colaboración y trabajo en equipo, y se preparen para enfrentar los desafíos del mundo real con mayor destreza y confianza. Este modelo ya se encuentra operativo en diferentes hospitales del mundo, buscando mejorar la seguridad del paciente real y reducir el número de errores médicos. La elección de cada SimZone se basará en los objetivos de aprendizaje y las necesidades de los estudiantes o profesionales de la salud en cada caso. A medida que la simulación continúa evolucionando como herramienta esencial para la formación en el ámbito de la salud, el enfoque de las SimZones se perfila como un modelo fundamental para transformar el futuro de la educación médica. 

Desde https://biotme.com/ contribuimos en esta transformación con nuestros task trainers ecográficos a la vanguardia de la simulación médica. 

 

Referencias  

Roussin, C. J., & Weinstock, P. (2017). SimZones: An Organizational Innovation for Simulation Programs and Centers. Academic Medicine: journal of the Association of American Medical Colleges, 92(8), 1114-1120. https://doi.org/10.1097/ACM.0000000000001746 

Roussin, C., Sawyer, T., & Weinstock, P. (2020). Assessing competency using simulation: the SimZones approach. BMJ simulation & technology enhanced learning, 6(5), 262–267. https://doi.org/10.1136/bmjstel-2019-000480 

Kojima, T., Yamada, A., & Omori, A. (2021). Application of the SimZones educational model in developing sequential simulation- and practice-based learning for anesthesia training. Journal of Clinical Anesthesia, 75, 110512. https://doi.org/10.1016/j.jclinane.2021.110512 

Fey, M. K., Roussin, C. J., Rudolph, J. W., Morse, K. J., Palaganas, J. C., & Szyld, D. (2022). Teaching, coaching, or debriefing With Good Judgment: a roadmap for implementing «With Good Judgment» across the SimZones. Advances in simulation (London, England), 7(1), 39. https://doi.org/10.1186/s41077-022-00235-y 

Das, S., Ahmed, S. M., Murry, L. L., & Garg, R. (2024). Simcrafting: A comprehensive framework for scenario development for simulation. Indian journal of anaesthesia, 68(1), 31–35. https://doi.org/10.4103/ija.ija_1262_23 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *