Doctora en Biología Molecular por la Universidad Central de Venezuela.
Graduada en Biotecnología por la Universidad de Extremadura, BIOTECH MEDICAL SIMULATION S.L., info@biotme.com.
La medicina digital ha surgido como una de las innovaciones más prometedoras y transformadoras en el campo de la salud.
El término abarca una amplia gama de tecnologías y aplicaciones que van desde la telemedicina hasta los registros electrónicos de salud, pasando por los dispositivos de monitoreo remoto.
La medicina digital se refiere a la integración de diversas tecnologías digitales dentro de la atención médica tradicional, con la finalidad de mejorar la eficiencia, la precisión y la accesibilidad de los servicios de salud.
En el campo de la medicina digital se incluye el uso de los dispositivos móviles, las aplicaciones de salud, la inteligencia artificial, el big data, y variadas tecnologías de la información y de la comunicación (conocidas como TIC), para ofrecer soluciones innovadoras y útiles en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el monitoreo de enfermedades.
Los inicios de la medicina digital se remontan a la década de los años 60, con la introducción de los primeros sistemas de registros electrónicos de salud.
Estos primeros sistemas eran básicos y limitados, y se utilizaron principalmente para gestionar solamente la información básica de los pacientes. Sin embargo, representaron un cambio significativo respecto a los registros en papel, ofreciendo una forma más eficiente para almacenar y para acceder a los datos médicos.
Durante las décadas de 1980 y 1990, la tecnología informática avanzó rápidamente, lo que permitió el desarrollo de sistemas de registro más sofisticados. En esas décadas, ya comenzaron a darse las primeras consultas médicas a distancia, utilizando el teléfono y el fax.
La llegada de Internet en la década de 1990 marcó un punto de inflexión en la evolución de la medicina digital. La capacidad de transmitir datos, rápidamente y a larga distancia, permitió el desarrollo de las nuevas aplicaciones y novedosos servicios de salud digital.
La telemedicina se expandió significativamente, permitiendo a los médicos realizar consultas a través de videoconferencias y compartir información en tiempo real. Los pacientes pueden acceder a consultas médicas y tratamientos a través de plataformas digitales, eliminando la necesidad de visitas físicas al consultorio. Esto es especialmente beneficioso para pacientes en áreas rurales o con movilidad reducida.
En España, la historia clínica digital ha revolucionado la forma en que se gestionan los datos médicos. El Sistema Nacional de Salud (SNS) ha implementado de manera progresiva este sistema, mejorando significativamente la eficiencia, accesibilidad y calidad de los servicios de salud.
La digitalización de las historias clínicas en España comenzó en la década de 1990, con iniciativas aisladas en diferentes comunidades autónomas. Estos primeros esfuerzos se centraron en reemplazar los registros en papel por sistemas electrónicos, facilitando el almacenamiento y acceso a la información médica de los pacientes.
En el año 2006 se implementaron los sistemas de historia clínica electrónica en todo el país, estandarizando los formatos y garantizando la interoperabilidad entre diferentes regiones y distintos proveedores de salud.
A partir del año 2010, se lanzó el Proyecto de Historia Clínica Digital del SNS, que permitió el acceso compartido a la información médica de los pacientes a nivel nacional. Esta iniciativa facilitó la coordinación entre diferentes niveles de atención y mejoró la continuidad del cuidado, especialmente para pacientes con enfermedades crónicas.
Las aplicaciones móviles de salud permiten a los pacientes monitorear su bienestar, gestionar condiciones crónicas y recibir recordatorios de medicación. Estas aplicaciones pueden conectarse con dispositivos de monitoreo, tales como pulseras de actividad y glucómetros.
El siglo XXI ha visto una explosión en el desarrollo de aplicaciones móviles de salud y dispositivos wearables, como los relojes inteligentes. Estas tecnologías permiten a los pacientes monitorear su salud en tiempo real, registrar datos sobre su actividad física, sueño y otros indicadores de salud, y compartir esta información con sus médicos.
Con la llegada y avance de la inteligencia artificial (IA) y del big data (también llamada inteligencia de datos) la medicina digital ha experimentado una gran transformación. Se ha facilitado el diagnóstico precoz, la predicción de brotes de enfermedades, y la personalización de los tratamientos.
El big data, con una gran cantidad de datos, estructurados o no, crece muy rápidamente, y por lo tanto es extremadamente difícil de procesar de manera convencional. Los algoritmos de IA pueden analizar los grandes volúmenes de estos datos médicos para identificar patrones y predecir resultados, mejorando la precisión del diagnóstico y la personalización de los tratamientos. También los sistemas de IA se utilizan para interpretar imágenes médicas y detectar enfermedades, como el cáncer, con una precisión comparable a la de los especialistas humanos.
Uno de los mayores beneficios de la medicina digital es la mejora en la accesibilidad a los servicios de salud. La telemedicina, por ejemplo, permite a los pacientes en áreas remotas acceder a atención médica especializada, sin tener que viajar largas distancias. Además, las aplicaciones móviles de salud pueden ayudar a los pacientes a gestionar sus condiciones de manera más efectiva, aún desde la comodidad de sus hogares.
La digitalización de los registros de salud y la automatización de algunos procesos administrativos ha permitido disminuir tanto el tiempo, como los recursos económicos necesarios, que permiten gestionar la información de los pacientes. Esto ha traído como consecuencia inmediata que los profesionales de la salud puedan dedicar más tiempo a la atención directa al paciente.
La integración de IA y del big data en la medicina digital permite un enfoque más preciso y personalizado en el tratamiento de los pacientes. Los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos para identificar patrones y predecir posibles resultados, lo que mejora la toma de decisiones clínicas basadas en estadísticas y la efectividad de los tratamientos.
La medicina digital ha contribuido con la disminución de los gastos del cuidado de la salud, al reducir la necesidad de hospitalizaciones y de consultas presenciales. Las plataformas de telemedicina y los dispositivos de monitoreo remoto están promoviendo una gestión más eficiente de las enfermedades crónicas, lo que reduce las visitas a las salas de emergencias y las readmisiones hospitalarias.
La telemedicina ha demostrado ser una gran herramienta, especialmente durante la pandemia de COVID-19, cuando las consultas presenciales estaban limitadas. Las clínicas y los hospitales implementaron rápidamente variadas plataformas de telemedicina para continuar brindando atención a sus pacientes.
Como dato impresionante, podemos mencionar que el uso de la telemedicina se incrementó en un 683% durante los primeros meses de la pandemia.
El monitoreo remoto permite a los profesionales de la salud rastrear las condiciones de los pacientes en tiempo real, mediante dispositivos conectados.
Por ejemplo, los pacientes con enfermedades cardíacas pueden usar dispositivos que monitorean su ritmo cardíaco, los cuales envían datos automáticamente a sus médicos. Esto permite una intervención temprana y reduce la necesidad de hospitalizaciones.
La IA está revolucionando el diagnóstico médico al proporcionar herramientas avanzadas para el análisis de imágenes y datos.
Un ejemplo notable es el uso de algoritmos de IA para detectar el cáncer en imágenes de mamografías, con una precisión comparable a la de los radiólogos humanos.
Las aplicaciones móviles de salud están ayudando a los pacientes a gestionar sus condiciones de manera más efectiva.
Por ejemplo, existen aplicaciones que permiten a los pacientes con diabetes rastrear sus niveles de glucosa, registrar la ingesta de alimentos y recibir recomendaciones personalizadas para el manejo de su condición.
La medicina digital permanece en constante evolución, aún más con las nuevas innovaciones que van surgiendo y que prometen transformar aún más el campo de la salud. La telemedicina 5G, por ejemplo, permitirá consultas de alta calidad en tiempo real sin interrupciones, incluso en áreas remotas. Además, la IA continuará avanzando en su capacidad para analizar datos complejos y proporcionar diagnósticos y tratamientos más precisos.
El futuro de la medicina digital se centra en la personalización de la atención médica. La combinación de datos genéticos, los históricos médicos, y los datos de comportamiento, permitirán el desarrollo de potentes planes de tratamiento estrictamente personalizados, adaptados a las necesidades específicas de cada paciente en particular. Esto no solo mejorará la efectividad de los tratamientos, sino que también reducirá los efectos secundarios y las reacciones adversas.
Los dispositivos portátiles, como los relojes inteligentes y las pulseras de actividad, se están convirtiendo en herramientas valiosas para el monitoreo continuo de la salud. Estos dispositivos pueden rastrear una amplia variedad de métricas de salud, desde la frecuencia cardíaca hasta los niveles de oxígeno en la sangre, y alertar tanto a los usuarios como a los profesionales de la salud que tengan acceso a los datos, sobre las posibles amenazas, todo en tiempo real.
La medicina digital también está fomentando una mayor colaboración global entre investigadores, profesionales de la salud y organizaciones. Las plataformas digitales permiten compartir datos y conocimientos de manera rápida y eficiente, acelerando el desarrollo de nuevos tratamientos y enfoques terapéuticos. Además, las iniciativas de salud digital global están ayudando a abordar problemas de salud pública en todo el mundo, desde la lucha contra enfermedades infecciosas hasta la mejora de la salud materna e infantil.
La medicina digital está transformando la forma en que se brinda y se aprende la atención médica. Una de las áreas más emocionantes de esta transformación es el uso de simuladores de entrenamiento médico. Estas herramientas avanzadas están revolucionando la educación médica, permitiendo a los profesionales de la salud manejar y mejorar sus habilidades en un entorno seguro y controlado.
Los simuladores de entrenamiento médico han existido de alguna forma durante décadas. Los primeros modelos eran simples maniquíes utilizados para enseñar técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar (RCP). Sin embargo, estos dispositivos tenían limitaciones significativas en términos de realismo y funcionalidad.
Con el avance de la tecnología digital, los simuladores médicos han evolucionado drásticamente. Los simuladores modernos utilizan realidad virtual (VR), realidad aumentada (AR) y algoritmos de inteligencia artificial, para crear entornos de entrenamiento altamente realistas. Estos sistemas modernos permiten a los estudiantes y profesionales de la salud practicar procedimientos complejos, como cirugías y diagnósticos de emergencia, en un entorno virtual que imita de cerca las condiciones del mundo real.
La medicina digital y los simuladores de entrenamiento médico están transformando la educación y la práctica médica. Al proporcionar un entorno seguro y controlado para la práctica de habilidades, estas herramientas mejoran la destreza y la confianza del personal de la salud que se encuentre en entrenamiento, lo que va a generar mejores resultados para los pacientes. Entre las principales aplicaciones de los simuladores se puede nombrar
Con el avance de la tecnología es probable que veamos aún más innovaciones en esta área, fortaleciendo aún más la formación y la práctica médica.
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